Tras conocerse la lamentable noticia del fallecimiento de un menor de 3 años por consumir mariscos afectados por marea roja, evento que ha alertado a la comunidad y que ha puesto en la palestra a los productos de origen marino; desde la Asociación de Mitilicultores de Chile (AMiChile) -que agrupa a los productores de choritos- salieron al paso de la incertidumbre generada e hicieron un llamado a informarse por los canales formales y a consumir responsablemente estos alimentos.
En primer término, desde la mencionada asociación gremial, quisieron informar a la comunidad que en el medio ambiente marino, el fitoplancton se desarrolla en varias escalas temporales y espaciales, pudiendo desarrollar eventos naturales como las floraciones algales, definida como la proliferación intensa de microalgas (millones de células por litro), capaces de cambiar la coloración del cuerpo de agua en el que se encuentra. Debido a lo anterior, este fenómeno recibe el nombre de “Marea Roja” o “Marea Café”, dependiendo del pigmento predominante de la microalga involucrada en el Bloom.
En esa línea, las llamadas floraciones algales resultan beneficiosas para los organismos marinos que se alimentan por filtración y, por lo tanto, favorecen las actividades acuícolas y de pesca. Sin embargo, en algunos casos, pueden tener un efecto negativo, impactando en la salud humana o el medio ambiente, lo que se conoce como Floraciones Algales Nocivas (FAN), fenómeno natural producido por microalgas que provocan daño, ya sea en la salud pública, el turismo, recursos y productos pesqueros, con un consecuente impacto social y económico.
Un pequeño porcentaje de especies de microalgas capaces de generar FAN, producen en algunos casos, compuestos químicos de muy alta toxicidad, los que son resistentes al calor de la cocción habitual de los productos y que pueden interferir, incluso en bajas concentraciones, en procesos fisiológicos claves tales como la conducción de los impulsos nerviosos, la absorción de agua y de alimentos en el intestino o el procesamiento de la memoria en humanos. Este tipo de eventos tóxicos constituyen un serio problema para la salud humana y la economía local, haciéndose necesario su monitoreo constante.
Es por lo anterior que, en Chile, existen dos sistemas de monitoreo y control que acreditan que los mariscos cosechados se encuentren libres de la presencia de toxinas marinas que pueden afectar la salud de la población, acreditando su origen. Por una parte, la autoridad sanitaria a través del “Programa de monitoreo de Marea Roja en fiordos y canales de las regiones de los lagos, Aysén y Magallanes” que desarrolla en conjunto con el IFOP, vigila las áreas de extracción que tienen como destino el consumo de mariscos en Chile, asociados comúnmente a bancos naturales y centros de cultivo que no cuentan con el Programa de Sanidad de Moluscos Bivalvos, conocido como PSMB, y que es controlado por Sernapesca, para todos aquellos productores que tienen como destino las exportaciones, siendo ambos programas complementarios.